Sobre alfombras de plata,
se deslizan,
avidez y asombro…
El fin que tu lengua persigue
se trasluce y me sana;
suscita evaporarme en tu grandiosa lucidez…
Entorno a su claridad
se alborotan las sombras;
cruje la luz
y las torsiones de su desnudez,
con lento transitar,
desempolvan el aire …
Se llena mi ciudad de estallidos lunares
y las curvas sonoras me toman
con sus ráfagas de pájaros y flores…
Es fuego brotado tu cálido retrato,
mientras me inunda la melodía de tu roce…
Tu lírica procrea, de coloridos salvajes,
meteoros que escriben el cielo
y hunden en mi tierra sus caudales…
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