Junto con exudar
una atmósfera surrealista,
posees la capacidad
de gobernar los elementos;
de permear, mi piel,
con el fragor de tus diamantes…
Brindas el pulso al tiempo
para que pueda yacer
al lado tuyo,
viajando del hoy al antes
y después…
Abordas las vueltas de la vida,
con sigilo,
para enzarzarlas,
asimismo,
con la fuerza cósmica de tu ser…
Tienes el don
de penetrar
mente y materia
y oxigenar la orografía
de mis deidades…
Y es que
hasta el mismísimo Olimpo
se hace pequeño,
al constatar,
tanto poder y belleza
que atraes…
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