viernes, 13 de agosto de 2021

Fábula

Me mira tu silencio
y descongela su lengua en la mía;
abraza mi proyección persuasiva,
retozando…

La trama intuitiva mueve el verso,
mientras el cielo percute sus disparos,
dejando escapar, herida, la palabra
desde la línea de fuego;
la pretensión toca el suelo
y siento el color que se descuelga
de los disturbios astrales…

Llueve el polvo de la noche
y, sin imagen,
me cuelo en tu alma;
el verbo sangrante me pinta un retrato
en la franja huidiza de un asomo
que tiende a maniobrar, a pesar,
de la mordedura del tiempo…

Tan ancha,
sin disimulo,
me hago inestimable porción de universo;
fuego de Saturno, imperceptible a la sombra;
deshilacho las ranuras
y sigo encontrando burbujas de luz
para hacer crujir las estructuras cardinales
que hallan en mis pestañas la estrella del sur;
la sonrisa que tañe,
escondiéndose del ruido;
la esférica alineación que borra los márgenes
del ronco fragor de la distancia…

Tus ojos de mar infinito,
mi frente de cordillera
y una esencia obstinada en hacer de puente
a esta insólita moraleja…

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