martes, 14 de enero de 2020

Batiente

Se me cuela en la piel
el brillante tintineo de tus iris,
como un halago de altura
que me conmueve;
un sondeo inverosímil
que cruza el afluente tenebroso
y derriba, con el filo de su desnudez,
atajos y puentes …

No importuna la regencia
de la sombra
que languidece,
cuando me regresas al aire;
a la entraña pura de mi desvarío…

Tan insospechado el alcance
del instante seducido
que me trae a la boca
un engarce de fabuloso compendio;
la aventura de rociar tu instinto
y palpar el estremecimiento…

Camino entre antorchas azules
y refulgen los paisajes eternos,
pintor de las edades
en cuyo lienzo precipito…

Se me queda el silencio
entre tus manos
y en el alma tu infinito…

Un enjambre de elongaciones
que deslumbra lo más íntimo
y rompe las turgencias espejadas,
estallando mil suspiros…

1 comentario:

  1. ¡Qué belleza de poema, querida amiga Nancy! es una bonita aventura pasear por tu blog....te invito al mío también, tengo mi link debajo de mi firma en Aires de Libertad....espero tu visita. Un abrazo con mi cariño.

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