Me ves salir
del papel de la palabra
e incorporarme
a ese campo de acción
que sabe de mí,
más que yo misma;
a esa ignota intemperie
que va reflejando el matiz
que ha sonrojado a tu alma…
Delante, la intención
se convierte
en una especie de sustancia
que carcome la corteza de mi ser
y tu inicial
va revelándose al toque del verbo
que gesticula la ansiedad
de sellar lo que lo impulsa…
Eso con lo que lidias
erige la exaltación de la noche
allí donde circula la energía
por el fondo circunspecto
que nos funde…
Te sorprendes
de mi alcance;
del rango insuperable
que logro y reconoces
que mis espumas violetas
son bordes convulsos
que, con el curso de tu silencio,
confluyen…
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