domingo, 17 de mayo de 2020

Celo

Masticando la espera
en las techumbres devocionales,
mi lengua señala el diluvio;
la agonía de beberse el impacto de la urgencia…

Corre el vértigo por los dedos;
el ruego de la brújula que me intuye
en desborde sensorial,
hallando el punto
que me hunde en la piel de los colores
y va degustando la turbulencia;
la desnudez del intervalo
que va preñando de brillo el silencio,
con demencial desahogo…

Cunde la espuma,
balanceando el deseo en compás alocado
y pronto se muestra el sonido refractario de la noche
al caer vencido el tiempo,
sin más arena
que esta orilla que clama por tu arrojo…

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