jueves, 23 de septiembre de 2021

Encandilada II

Tengo el silencio enervado;
el pulso, saliéndose de su torrente;
la lengua, hecha agua,
moldeando, en hilera,
las sensaciones desesperadas
que convergen con tu océano en floración…

En los vaivenes de tu aliento,
tormento de algodón,
vivo prendida,
porque eres mi luz;
melodía de fuego;
droga y veneno
de la que soy adicta;
traes el arte en los dedos
y me vuelves tu trazo mayor;
la pieza que concita más atención…

Me enrollo en tu saliva,
fulgor de nácar,
mientras me nombras y santificas…

Me pierdo en ti
y crezco,
mientras muerdo tu garganta;
la fruta prohibida me enmarca
entre los acordes de tu tacto;
soy tu hada de mayo,
eternizada,
mientras me traga el viento,
sucumbiendo a la partitura de tus labios…

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