domingo, 30 de agosto de 2015

Tremulario


La calle sondea furiosa
el pulso herido de mi silencio…

Intenta atraparme la boca,
con su caminar violento…

Inquiere despiadada
mis suelos resplandecientes,
hasta estallar en la sombra
de mi alma…

Requisa la frágil armadura
de mi frente,
sugiriendo el incipiente trayecto
del absurdo…

Diluyo
en el cuenco axial de tu esencia,
que recoge delicado mi conflicto…

Me trepa la emoción en delirios caudalosos,
que construyen vértices en las cimas…

Arquitecturas infinitas de almas extensas,
cuyos gritos de plata
precipitan las alturas del cosmos
y perduran en la humedad de las estrellas…

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