miércoles, 28 de marzo de 2012

Tu Silencio y el Mío


No quedará instante
en que no te bendiga las manos,
por haberme acariciado
tan profundo, tan constante…

Esos labios tuyos me bendijeron
al pronunciar mi nombre del otro lado…

Esos ojos hechiceros
me bautizaron a fuego
el costado…

Tu mirada de alba,
agua clara de los cielos…
Tu presencia enarbolada
En la cima de mis desvelos…

Es que no son mis versos,
es mi alma desplegada;
es tu silencio y el mío
fundidos en la alborada…

Un océano de sueños
despertando de mil años,
eternizando este encuentro
apasionado…

Edén de vientos tornasolados
en donde pernocto dichosa…
A tu lado…

Ay amor, mi llanto
cual caramelo de sol
desde su nube, algodón blanco,
llueve de alborozo en esplendor
por saberte de mí enamorado…

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