Tu silencio se aventura
a perfumar el alma,
como a la tierra el agua,
mientras la lluvia se aglutina
en lo más alto de los cielos…
Mi piel se desnuda
y suspira,
hilando un tremor de espejo;
exhala el brillo universal
a través de tus ojos…
Sabe esperar
para, luego,
descargar su lozanía
durante el desarrollo
que se atribuye la pizca
que se posa en ellos,
cuando callan
y sólo lastiman...
Cuando incendia cada estado
que suscita, en mí,
la reverberación
de la sustancia esencial,
consecuencia de la protección sutil
que, a cada instante, me das…
No hay comentarios:
Publicar un comentario