martes, 12 de noviembre de 2019

Estática

Me lees la piel y la sombra;
el aura y el sueño
con la fricción espontánea engarzada
a los dominios de tu lengua…

Amotinada
la función de lo corpóreo
despliega un remolino de palabras inaudibles,
sin turbar siquiera el rasgo inherente
que te mantiene rimando
las riberas del viento…

Todo es luz,
mientras nos bebemos con los ojos
el diluvio de dimensiones;
un cielo de peces en trance de añiles
que acontece al romperse el dique
de las sensaciones…

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