martes, 14 de mayo de 2019

Desafío Rovira

Con el ansia de tallar el lugar
en el temblor acristalado del alma
nos alzamos,
sincronizado el desafío
y la clara determinación
de empinar el iris,
sobre el tejado de esta ciudad adormecida…

Dejando atrás las escalas
vimos crecer el pulso
de una composición inalterable,
que deshoja los paisajes derruidos;
el óxido de las vendimias
y la aguda distancia de los años…

Compartir contigo
otro silencio arrobado
y bebernos por sorpresa el cielo
y su mágico atardecer,
aún recostado en la hora dormida,
ha conseguido
que sea el filo múltiple de las hojas,
lo que enhebre las raíces infinitas
de estos instantes que nos asombran…

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