domingo, 26 de junio de 2016

Caídas I


Suelo herirte
en la majestad de las horas;
perderme en la opacidad de tu gemido
sin retroceder a penas
por un poco de tu boca…

Frágil
caer del alambre
que me trae enredada
en el vértigo de tu lengua
y no reconocerte
pegado a la lumbre
de mi latido…

Convertidos
en sordera mis ojos
renguean,
huérfanos del brillo,
parpadeando en el sigilo poderoso
de la duda…

Negándome tu luna y la noche
con la que tus manos
me cobijan…

¿Por qué palpar la sombra
mientras bebo de tu roce?
¿Por qué caer en el abanico oscuro
de su ironía?

Es tanta la llovizna
que empaña mis razones
y tan permeable el techo
con el que nos ampara la vida…

No hay comentarios:

Publicar un comentario