En las alfombras de mis aguas
emerge tu azulado brillo
-matiz de mi latido-
y las ondas no te deforman…
Mi cielo reconoce en esencia tu rostro…
Amplitud de alma sonora
revelándose en mis ojos…
Eres milagro de mi suelo
-Majestad consentida-,
sendero revelado
desde tu orilla a mi orilla…
Palpita el cénit en mis labios…
Descuelgo mi nombre en el tuyo
¡Te Amo!
Y adherida a tu empuje
emerge contigo mi capullo,
que se abre al Sol de tus manos,
cuando recojo mis solanos,
ésos que para mí tu escoges…
Soy tu magia y tú, mi encanto…
Somos sueño declarado…
Eres perfecto, mi adorado,
Loto Azul de mis pantanos…
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