Conjuradas en la cima de tu noche
mis pupilas hallan
un nudo de viento,
que desata
con el suspiro de mis alas
y la memoria de tu firmamento
lo ampara…
Perfilado en tus dedos
asoma el candil de mi sueño…
Indago con él la forma de tus manos;
la imponente capacidad de abrigarme
en tu azul regazo…
Miro la distancia y no la encuentro…
Tu boca me aferra a sus labios
con versos de fuego…
Que escapa a ratos
y aún acaricia mi sien
con arrebato…
Tú,
Consejero sabio
de todos mis pasos
me conoces bien…
Siembro, entonces,
mi destello en tu mente
y perpetuarme
vehemente,
inmensa,
en los caudales de tus brazos…
Quiebra el dedo del acaso
y la única verdad aflora:
Me amas y te amo…
Aquí y ahora…
TE AMO MI AMOR!!!
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