jueves, 3 de enero de 2019

Sepulcral

Aturdida mi voz,
sumergida
en un trago hostil,
en el nudo de un insomnio carroñero,
percibo el eco de la penumbra
clavando sus partículas filosas
sobre el mármol dolorido…

Turbios,
brumosos
los senderos del olvido
beben el aire ausente,
el llanto de sombras devastadas
por el intrincado rigor del tormento…

Frágil,
el silencio incompleto
viste de desamparo…

El verbo no me reconoce…

No hay azul
en los separados fragmentos
del más sublime escenario…

Calla en mis ojos el sueño
y la música resbala
desvaída por mis labios…

Petrificados,
caliginosos,
impulso y sortilegio
leen el gris epitafio de la noche…

Cercenados los espejos
buscan el remanso de otoño,
que tampoco reconoce su reflejo…

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