domingo, 14 de junio de 2015

Persistente


Dejarse encender
por tu verbo;
esbozar la claridad de la luz
liberada por tus cristales,
es la razón de mi alma…

Diáfana
hundirme en los coros de tu noche,
como un fogón solemne de cicatrices
para ahogar entre azules y rojos
la canción de mis raíces
y engarzarme tu silencio,
reviviendo en el crepúsculo incansable…

Alzarme
en el frecuente alud de tus labios,
empapándome toda…

Minucioso,
inquietante,
vives sembrando en mi frente
tus místicos panales,
propiciando que tu lengua infinita
se vuelva aguja exquisita,
tus secretos inyectándome…

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