Me emociona tanto el canto de tu silencio
cuando me miras;
sus acordes acomodándose bajo mi piel,
atravesando el instante que me conecta contigo…
Chorrea el capricho por entre los dedos,
mientras pronuncias tan suavemente mi carne
y, al suspiro del alma,
surgen mariposas voraces
que lamen las intenciones sensitivas…
Lo sabe mi ciudad, estoy perdida;
este sueño me permite
desbaratar lo cierto;
saborear tu presencia
y es que lo que tú tocas se vuelve brillante
y me ha vuelto diamante
en tu lengua…
Poetizas mi silueta con tonos de arcoíris
y acaso se confunden los colores
con la sangre del universo,
porque es tu deseo enterrarla toda
en tu boca impredecible de poeta…
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