sábado, 19 de diciembre de 2020

Afrentas Líquidas

Llevo el océano en el alma
y una estrella entre mis manos;
las alturas humedecen,
incansables,
mi lengua,
como selvas atrevidas
que me pierden en su tacto…

Elevo mi canto
y las mejillas van percibiendo
ese negro azulado que les exalta;
restringiendo tiempo y distancia
para acunar el brillo
que desde lo más profundo se derrama…

El cielo es escenario de latidos;
tan abierto,
que te olvidas del disfraz que camina contigo
y, sin embargo, profesas ese rayo único
que extravía en lo fugaz,
las ondas llovidas de tu nombre…

Te viertes sobre mi noche,
como luz espesa,
para hacer naufragar mis labios
en tus iris de sabiduría y pureza…

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