Irreductible

Me pido tu lengua
y te doy de mí,
sabiéndome hipnotismo;
escalando el suculento paladeo,
aún a riesgo de conferir
el menoscabo de la materia,
saboreando un alfabeto que no termino de aprender…

Me envuelves en tu papel
de quitarme las palabras de la boca
con el barullo sofisticado
que descubre tu naturaleza…

Los escotes de la luz,
se ruborizan,
porque tus ojos cósmicos
son la imprudencia
que sacude los atavíos carnales
y, como vestal de la noche,
el argumento de los senderos dialogantes
me llevan a tus brazos…

Los tirantes que sujetan las sombras,
se arrojan al gesto incendiario,
positivo para el rebalse
de los territorios inclementes;
la quema de los espasmos,
regándome tu provocación,
guía el curso arrebatado de tu mente,
desembocando en acción…