Ilimitado

Ten en cuenta que adoro perpetrar
tu laboratorio secreto;
donde tu voz
es química celeste,
fraguándose,
consiguiendo la adherencia,
como genuina expresión
que fulmina mis sensores;
gesto humeante que convierte la palabra
en descaro…

Descarto alejarme,
porque me colmas los ojos de estrellas;
me concedes lo eterno
y voy sacando de tu nombre,
la clave para quedarme la fórmula
que despierta tu energía…

La oruga del silencio,
al vibrar,
me hace palpar la esperanza reactiva,
mientras crecen
los gentiles vigores de un reto
en una ceremonia de mariposas…

Llénate de mí, no te limites;
es tu fuego telescópico,
ladrón de sombras;
el plañir inmortal de mi cosmología;
ardamos juntos,
para siempre,
mientras salpico mis símbolos
en la métrica y el álgebra,
alternando la incógnita
que me resuelve en tu lengua bendita…