miércoles, 20 de julio de 2022

Claves Eufónicas

Se hospeda mi voz,
en el tímpano de tu alma
para alimentar el arrobo;
bailarina de tu seducción,
a petición tuya,
reproduzco el hálito del cosmos,
mientras tu piel, deidad insondable,
me indaga…

Soy el acertijo,
entre los símbolos de magia
que, tras el suspenso, se desnudan;
un sorbo,
un bocado del enigma
que me sabe en sintonía
con tu mea culpa…

Me miras y en tu lengua
convencida, me radico
y se pronuncian los milagros,
cuando dices mi nombre…

Nutres el río que soy,
yendo por tu cuerpo oceánico;
la dulzura de la medida que secuestra el goce,
mientras me retas al desborde
y, tu invocación,
entre cortinas de cristal,
me hace chocar con cada vocablo
en la húmeda cercanía del estallido…

Devastas los intersticios,
y se detiene el conteo de los relojes,
escribiéndome tus sueños en los labios;
me arrastro en ellos,
leyéndolos,
como si la vida se me fuera,
sin permiso
y la escalera de la locura,
me alcanzara sus niveles supremos…

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