Tersura

Como un ondear de fuegos boreales,
un verso contempla mis manos;
es la luz que desprende tu silencio,
queriendo beberse el rocío
de los ancestrales desacatos…

Brota del infinito,
como un murmullo que reconoce
la órbita fulgente de mi alma
y callo;
su torrente me inunda la lengua
y, detrás,
tu atmósfera incomparable;
la convección que depara la alquimia,
volviéndome transparencia;
delgada lámina de luminosidad,
reflejándote…

Suena la verdad en cada fuga de impactos,
las veces en que hallo el venenoso riachuelo
de tus formas…

Beberme tu encanto es estallar en tu boca
diciéndome, te sueño…