Resurgir entera
de entre tus suelos consentidos,
acariciada por tus ojos,
girasoles de plata que te brotan
dulcemente deshechos, desde lo más hondo;
con tu luz fluyendo por mis venas,
colocándome contra la lengua
tu alma,
clamor exaltado, golpeando las paredes
cada vez más delgadas;
irrupción que expone los privilegios
de inundar mi voz con tus palabras…
Me olvidan la sensatez y la cordura
y entre visibles zigzagueos
se va marcando el espacio nuevo,
derritiendo las cumbres por alcanzarte,
propósito mío;
elevarme en tus mares poéticos;
batirme y golpear tus formas
y en las mías dejarte que caigas
fugaz,
eterno;
tu toque de agua,
moldeando mis curvas;
traerte a las dimensiones del viento…
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