Te lanzas contra mis ojos;
me disparas tu silencio
y veo nacer universos inefables,
meneándose
entre las ranuras de todo lo que escribo;
fluyendo entre nitrógeno y oxigeno,
como residuos nucleares,
presenciando haces de luz
estacionarios
en mis palabras;
violencia creativa,
rasgando carbones con los dedos,
destellos embrionarios del alma…
Aturdida de fascinación;
con los parpados devorados por tus aguas,
voy naciendo entre estertores,
como una onda expansiva
desgarrándose de mi boca,
empujando oro y plata,
engarzando el sustrato de tu voz
inexorable…
Red flotante,
suspendida entre polvo y gas,
donde aglutinas mis impulsos
y les cargas de tu energía…
Siluetas danzantes despedazan la ironía
de la distancia;
silbidos distorsionados
rozan los límites de la carne,
mientras sintetizas la ruta de retorno
a través de tus mágicos cauces…
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