Me afila el crujido electrizante del brillo
que le hurtas a la noche
y que sopla diamantes sobre mi lengua;
caligrafía sideral que la erosiona
y parte,
diseñando la sintaxis de las estrellas…
Estética que recupera su candor,
mientras acribilla
el marco ilógico donde se extiende
la hipótesis de lo insuperable;
te retengo de todas las maneras,
mientras me invaden los verbos coreográficos
que liberan magnetismo,
títulos oportunos,
eyectando oraciones que te revientan la cabeza…
Soler balancear tus frases
tan armónicas me otorgan
transversales deleites,
más que dialéctica,
placer…
Soportar la increíble manifestación de tu esencia;
espiar su diáfana textura,
es comprender que lo tienes todo en los ojos;
sujeto hasta los predicados del tiempo
con los que tatúas mis estanques;
me dejas escrito lo transitorio
que circunda el paso ilegal del trance
y, subidos en el otro nivel,
burlar con alevosía el fin;
legitimar
que me flotas, clandestino, en el cerebro
y no dejo de pensar en ti…
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