Tactos Ungidos

Lo intenso rebosa de tus dedos
y, trémula, mi carne,
sugerida para ti, en predilección,
ansía y coquetea con tu índole insinuante;
revelada pureza del placer
en sinfonía de atmósferas
que se estiran para componer la instrumental
que sosiega e intoxica
la danza de las corrientes eufóricas
que, libres, reponen la azul tertulia
de las almas…

Dejo que tu universo sea el mío
y me recorro contigo;
me adapto y recompongo,
eternamente naciente;
caótica, como el pensamiento;
tormentosa, como la vida…

Tu energía arrolladora,
tan excitante
me carga de una adorable ración de magia
y me acorrala, a su antojo;
hacerte gozar de los misterios de mi lengua
es el firme propósito
que deletreo, sin recato,
porque te sitúas en medio de mis ojos;
firme en lo de abanicar las pendientes
que colonizan albores…

Me saturo y desbando;
haces que se abra, de amor, mi silencio
y al colorearlo con la sensible profundidad
que transito,
logro que la telepatía nos arrope…