Expuestos los sueños,
abonados por tu luz
diversa;
esa velocidad secreta que atraviesa la muerte,
aunada con las lenguas estelares,
circula mis arterias;
fortifica mis puntos metafóricos
y adapta la fonética del pensamiento…
Estás en mí, hazte cargo,
me estás sucediendo;
un puente giratorio
está haciendo nacer dimensiones sagradas
y, aún sin entender el juego,
estás exacerbando mis antojos…
Prendes fuego a mis geometrías;
me tienes, soltando chispas,
elevando el exponente al infinito;
destinando a tu porfía
las vociferantes masas de aire
que cobijan el vuelo de estas palabras,
sonrosadas de fluorescencias…
Sigues, tocándome como el agua,
empapando cada recodo de mi existencia;
moldeando entre mis labios
un horno de estrellas…
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