Oceánico

Tiendes a sostener mi equilibrio;
calibrar mis razones;
atar el hilo de mi alma
a tus nervaduras cristalinas
que circulan por mi instinto
y me mantienen inmersa en tus suaves latitudes,
degustando tus porciones de brillo
que aletean, en remolinos,
iluminando mis continentes…

Al crear los nutrientes
que resaltan la lirica que compartimos,
la temperatura se eleva;
me muerde tu resplandor lascivo
y, náutica, mi perspectiva, te persigue;
explora tu silencio;
se adapta a tus entramados de agua,
redes funcionales que me acoplan su movimiento
y entre redadas de riquezas
abundantes,
los estados de gracia
van confiscando el golpeteo de las olas,
semen de intenciones
de cursos premeditados…

Se abre el vacío, de par en par;
el arte de suspenderme sobre las sombras,
con la venia del cosmos,
cobra el daño;
absorciones indispensables
que raspan el espacio tiempo
y engarzan mi respiro a tu aliento de sal
convirtiéndonos en azules diamantes…