Me deslizo por la noche,
empapada del blues
que me reparten tus ojos;
tanta inmensidad musical,
agitando la pluma que recoge,
al compás de tu canción,
todos mis aciertos creativos…
Te seduzco,
mientras caes del cielo a mi boca,
y emito un calor
copioso,
cuando tu nombre me eleva
en el vapor de un desvelo implacable,
frenesí…
Te cuento de esta maravillosa proporción
que alborota, en mí, todas las células;
un estruendo de sedas,
propagándose;
rotundidad inescrutable de percepciones
que descompone los escenarios;
súbita taquicardia que va soltando las cuerdas,
creando nuevas sensaciones;
notas de luna y mareas,
elastizando mi figura
sobre un carnaval de epifanías
que rasga la negrura,
dejando escapar toda la luz escondida…
Se conforman, en ti, las rimas encarnadas
al producir la transmisión eficaz;
el verbo de tu verbo,
rozándome, a voluntad...
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