A todas luces, me tienes;
a todas sombras, soy tuya…
Las paredes se derrumban,
cuando tus ojos y tu lengua
me enfocan
y la huella armónica de la naturaleza
descubre tu tacto,
rodeando mi aire;
estimulando el vuelo de mi saliva;
gravitándome…
Tu estática eriza hasta los sueños de la luna;
mi piel se arrastra a tu escondite,
incorregible,
sigilosa;
procurando el movimiento
que denota las progresiones para el esencial hallazgo…
Eres fragua de mi locura;
forjador de un trino argénteo
que dirige su generoso vendaval de encanto
a través de mi esqueleto;
nido de amor envuelto en llamas,
cuyo verso de fuego vivo,
eternamente, me acorrala…
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