La distinguida creación de mariposas
con la que te dota el universo,
convierte mi sangre en su reflexión florida;
me alcanzas y fluyes
entre inhalaciones coloridas
que sostienen brillo y fuego,
hasta la extenuación;
enciendes la sensación escondida,
al minar la geografía de mi silencio,
como un trágico delirio
que, inevitablemente,
va rayando las superficies de esta envoltura,
descubriendo mi lado insospechado…
Es una luz revuelta, tu encanto
va y viene
y el caerme, en ti, se hace urgencia;
verbo instantáneo
que preña mi alma de tu nombre;
vendaval de fulguraciones,
estampida magmática
que brota del fondo de mi tierra…
Y se nos mueren las noches
en la lengua,
mientras capturamos
el batir gustoso
de nuestras almas gemelas…
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