Floto en la regia sintonía
con la que me pronuncias;
confabulas
para que lo que libera mi cerebro
sea fascinación y desespero,
como primores de humo
danzando en tu habitación,
mientras me lees…
Me brilla en la lengua esta pasión
que esculpo, insistente,
al sumergirme en el alborozo
que me impregna de ti,
del corazón de tu galaxia;
somos dos nebulosas mirándose,
espiraladas;
dos masas de luz,
entrelazándose en armonía…
Mis dedos rompen la pausa
y la dicha enfurecida se filtra,
traspasándome la infinitud
de su sola palabra…
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