una fuga de ocasos
que hace que pierda el apetito el misterio,
pendiente de acercarnos;
un enigmático silencio
que sólo nos une en su crepitar dudoso,
un reflejo tuyo,
que es mi propia comunión con el universo;
una forma testaruda
que flota,
asombrándome,
como el ápice inquisitivo que dictamina
la experiencia de lo ilusorio;
como las ruinas de un deseo impropio,
cuyo rumbo hacia ninguna parte;
hacia ningún instante,
me habla de tus ojos…
No hay comentarios:
Publicar un comentario