Brotas del aire
y entre tus dedos
se escriben los tréboles transparentes
que me escogen el pecho,
invadiéndome con su vocablo creciente,
como un vínculo inevitable,
silenciando el vacío;
allanando espacio y tiempo
para contarle,
sin sonido alguno,
el rumbo a mi corazón…
Te creces, en secreto,
me soplas el resplandor,
amplio;
despiertas, abundante,
toda expresión, piel adentro,
y te respiro,
jadeante,
exaltada…
Puedo percibirte,
eres tú,
no hay más torrente incendiario que el tuyo;
transfiguras el aura de mi silencio
y tu sed violenta me reclama
y te doy de mi lengua,
de mi virtud,
de mi gracia…
No hay comentarios:
Publicar un comentario