de tu silencio,
cuando te me grabas en la lengua
y soy traductora de tu azul
que tiembla
y me desarma…
Procuro tocarte el alma
y en mi afán
consigo respirarte las estrellas;
llover de golpe un poema;
transparentarme en tu sombra;
desnudar toda la fantasía,
expropiándole su sentido más hondo…
Salvaje,
detono masivas proyecciones
de todo lo que me habita…
Sin repelerse,
se funden mi voz y tu saliva,
tragando toda esta arquitectura de luz
en turbulenta sensación,
filtrando el aire
el ciego jardín del goce;
la ligadura que desata toda incertidumbre…
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