resido,
convivo con este canto de holgados rumbos,
sangre luminosa de un tiempo sin tiempo
que me dice de ti;
de tus colores
de la cosecha del silencio,
cogiendo mi lengua y mi noche…
Me vibra en el pecho
un sol colgante,
collar que, a contra luz,
sintoniza con tu sonrisa;
el pensamiento suicida de la entrega;
la fuga de lo sensato;
eclipse inminente que estoy añorando…
Aquí me tienes,
tocando el pulso veloz
de una fogata de sueños;
sumergida en una danza caótica,
pletórica de ocasos;
en un trance ultravioleta
que me sostiene el corazón
entre estallidos y relámpagos…
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