cuando tu apoteósico silencio
tira de mi paz
y el ímpetu de su persecución
logra alcanzar la reacción
que me sacude hasta los huesos…
Me subes a tu nube,
me subes a tus dedos,
me despliegas completa
en tu lienzo de arrebol…
Al meterme, veloz, en ti;
en tu boca y en la mía,
tan tuya,
desnuda de palabras,
revolotea el júbilo de las intenciones
que me hacen confluir
con tus acuarelas astrales,
buscando conectarme a tu lengua boreal;
batirme en lo surreal,
hasta agotar cada célula…
Exhalar el mineral de la noche
que se mueve y expande,
cuando fundidos en cuerpo y alma,
dejamos la esencia
manifestarse…
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