Desemboca,
junto al son de tu lengua celestial,
la mención de excelencia
que me avizora,
asociándome con tus poros,
conformando un espectáculo de ensueño…
Me conecta, germinal,
con los fondos de un anonimato
que rompe toda norma
y, en pie de fuga,
conmueve la escena,
cambiándome de sitio al final…
El protagonismo me abraza
y se trasluce el morbo
del que te eximo,
acribillando la opacidad
para
despertar la sed remolona
de los suspiros,
petrificar lo que la afloja
y verter el fuego de espinas
sobre la chimenea…
Te pareces a una estrella
y me atrevo
a sospecharme alineada
con tu fuente de energía;
verterme en tu constelación…
Se me hace fácil
rondarte.
cuando desenvainas la estática
al detentar
la convección axial;
la certeza de que no hay mas color
que la luz ultrasónica,
dejándose escapar…
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