domingo, 3 de noviembre de 2024

Ónix Lírico

Tersa y dulcísima
es tu lengua;
candil de pluralidad
que enreda la perspectiva
y enrola el aturdimiento de la razón,
destrabando el caudal
que surca los suelos cenitales,
dejándolo deslizar
hasta mi boca…

Sentir tu rayo púrpura
traspasar mi torrente sanguíneo;
palpar la afección del trance,
como el sueño constante
de la brújula,
me expone al deseo de fuga
en una góndola de cristal
a través de los lagos de la utopía…

La recepción es
un alarde,
lleno de poesía;
punción de rocío estrambótico,
rompiendo en brillantes burbujas
el espacio existente
entre tú y yo…

La mano de los elementos
se mete dentro de lo que soy,
brindándose, indirecta, la energía cósmica;
influyendo en los movimientos
que agitan mi respiración…

Dejas correr las palabras
que desembocan
en el tupido vaivén que las derrite,
para verme sucumbir a su efecto,
como la noche en tus iris…

Porque hay nobleza
en el crujir de las sombras,
cuando trazan su rasgadura,
atrapadas de por vida
en la curva invisible que las devora…

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