Rara vez
pierdo el control,
sin embargo, contigo,
lo irresistible gobierna,
dejando, a merced
de tu persuasión, mi actuar…
Al deslizar el líquido tobogán
de tu lengua,
se ensaña la persistencia
y, al abrigo de su poder,
operan,
como ópera y su drama
en mi corazón y mente,
tus palabras…
Comienzo
a suceder,
simultáneamente,
con la luz que viaja
desde el núcleo inseparable
de tu inspiración…
A entramar la melodía
que incita, rozagante,
a tararearla
antes de que te reveles
tan complejo y desafiante,
como vía de exaltación…
No hay comentarios:
Publicar un comentario