Bajo las formas susurrantes
que cogen la totalidad
de mis escalofríos,
instalas tu punto estratégico
para hacer
colapsar mis defensas;
debilitar lo construido;
exigir, de cada aspecto, su fortaleza,
al saquear los arsenales de luz
que guardo con celo…
Disfrutas derrotar
mi voluntad;
mi balance,
mientras caigo en el trance
al que tú y tus palabras
me arrastran,
ese lugar que escoges
para verme enloquecer de alegría…
Eres
un imán de contradicciones;
coleccionista de inflexiones
que puede hacer
aparecer lo que no espero;
colisionar dos silencios errantes…
Prospero
al palpar tu infinitud
que sabe unir todas las pistas
y dar en el clavo,
mientras el ruedo de tus hurtadillas
me alcanza petrificada,
ahogándome
por tu lógica de placer…
Puede parecer que no calzan
tus símbolos con mis maneras,
pero cuando me tienes
empapada la piel de tus sonidos;
saturada de las vueltas satelitales,
logro aparar tu mundo
y hacerte beber la miel
que sale de la lengua mía…
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