Tu inspiración
es un episodio insinuante,
dispuesto a complicarlo todo
al salpicarme los ojos
con sus pinceladas de agudeza
y morder la acrobacia
con la que, mi expectación,
empuja, de cabo a cabo, tu lengua…
Sigues,
sucediendo
en lo distinto;
en el disfrute
que acapara el movimiento
simultáneo y energético
de escribirnos en el otro…
Tu voz
ilumina cada espacio;
trepa por mi gesto silencioso,
los presiona,
hasta hundir la culminación
en los cuerpos…
Porque aunque llueva sobre mojado,
comprendo
que morir de ti
es tu fin universal;
la facultad que no se agota
y que, más allá de sus efectos,
no pretendo desperdiciar…
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