Me subo al andamio de los sueños
y hago sonar mi tambor de letras,
esparciéndome con ellas
junto a todo lo que traigo dentro;
las melodías azules cubren el mundo
y me comprometo entera,
convidándote de mi savia mercuriana…
Titánide de las alturas,
despuntando en tus ojos de fuego;
ninfa, discurriendo tus corrientes persuasivas;
musa, encaramando en las cumbres
tus oceánicos lienzos,
para poder caernos, juntos,
sobre los valles metropolitanos…
Tu vuelo pacífico me sucede en las alas,
cuando los pétalos de nieve,
elevados al silencio,
sucumben a la geometría del alma
y con crepitar de estrella,
te pinto la noche en la boca,
mientras nos da alcance el infinito
y la alquimia rocía el suelo argentado donde piso,
sin ataduras…
En tu aire, fluyo natural
y hay tanta sonrisa, inaugurando el renuevo…
Seguidor de mi palabra,
me asaltas con luz retórica
y soy luna de azahar,
venciendo
la velocidad de la sombra…
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