Se estremece la noche
con el vibrante color de tu melodía
y me asombras, de nuevo…
Como cada día,
me enfundas tu halo de diamantes,
impulsando la rueda cósmica
que nos hace compartir la escena;
la pista del silencio,
pinchando una fuga en tono impensado;
la raíz imposible de un astro,
catalizando la reacción de mi lengua…
Me sonríes con los ojos
y en tu boca me apuñalo
y masas de estrellas,
liberan su brillo,
mientras sangro de amor en cada vocablo;
primor de sombras vencidas,
engarzando mi heroica caída
hacia tus labios…
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