Se me antoja una maratón de tu lengua;
la serie pura de tu alma,
estampándome su estructura;
lo avezado que te confiesa;
intoxicar de tu labia
mi zona pineal;
el musculo que modula el silencio
y que tumbas, con sólo respirar…
Me apetece
meterme dentro de ti;
empapelar tu retina
con estos temblores radioactivos;
lacear el zigzag del color
que articula el patrón del universo,
porque si todo lo que siento,
es lo todo lo que doy,
soy fulgor, domando protones;
interacción a la que te adhieres,
perfecto;
luz pavimentada, sin desperdicio…
Revierto el gesto mudo,
encaramándote a este delirio,
para que me sepas descontrolada,
saboreando
la transición exquisita
al despegue del viaje astral
y errar, contigo,
por noches interminables…
Es que tiras del fuego emocional
de mis palabras;
conexión que no se explica
y reverbera la carne del arrebato,
porque, entreabierta la templanza,
se me cuela tu osadía…
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