Violeta

Y otra vez la rotación
me obliga a abstenerme de tu nombre,
su aspaviento quiebra la vidriera
y un grito estéril se me escapa de la boca…

Ni la noche aboga por mi pulso;
su tacto vacío me acorrala,
en silencio;
se ha cubierto de nubes el insomnio
y el borde somnoliento
no termina de lanzarme
hacia el lugar que desconozco;
la lástima danzante hace fogata con mi pecho
y cada palabra se torna compasiva
en la distancia donde me pierdo…

La luz se petrifica en mis ojos
y mis sueños ya no evocan transparencias;
sólo el turbio desempeño de la sombra
bebe el hilo de agua que destilo…

Esta angustia se ha cebado con mi lengua
y todo es lento,
desvaído…

Hay un sitio revuelto en mi cabeza,
donde tu aroma gira y gira
y rellena el aire de una melodía agónica…

Me tienes bajo custodia la sonrisa
y sigue en vilo mi palabra;
el reflejo que te indica
en la voz que, sin quererlo, se me apaga…