Encaramada en tu verbo,
aspiro la incandescente línea
que me llena la boca de tus estrellas,
derretidas de tanto
mimarlas con lengua y saliva…
Mi trazo engalana la sincronía
y surte efecto;
el silencio se ilumina,
se encabrita en tus ojos,
cuando lo inenarrable se desprende,
como espora divina
y no termino de saberme,
mientras me brota tu caricia,
en este amago de vivir
que recoge todas mis piezas;
de las fugas que alternan tus poros,
atraso al tiempo,
elevando tus pulsaciones
y, acallado el firmamento por la luz gimiente
que ha callado todo el mundo,
desanudo el desenlace
cuando, de tan concentrado,
el pensamiento parpadeante,
nada en mercurio…
Si soy pasión o deseo,
patrón de movimiento;
si mi escultura luminosa
chorrea su elixir por tu boca,
no soy consciente,
pierdo todo conocimiento;
si soy onda o corpúsculo
fotón multiplicado,
Sólo intuyo la conexión iridiscente;
la torsión de la noche,
goteando su magnetismo
sobre mi fuego lunar
y tu occidente…
viernes, 25 de junio de 2021
Incomprensible
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Tú poesía colinda con las leyes universales. Es un bello extracto de tu espacio y tiempo.
ResponderEliminarBesos siderales.