De pronto siento tu energía
correr a través de mi cuerpo;
pegarse a la reacción
de las ondas luminiscentes
que se propagan,
mientras vas encumbrándome
a tu espacio secreto…
Adoro que me hagas rodar
por aquello que obtienes,
cuando quitas el sello a lo transitorio;
cuando secuestras del piso la fractura
y la entintas,
dejando escapar las palabras,
que esperan morir entre tus dedos;
flotar la pagina del libro
que permanece abierto,
hasta cuando me procuras
en la ilustración de tu biografía…
Cortas mis ojos
y te los bebes,
cuando me enseñas tu apología
y es tu sensación favorita,
embriagarte de mi asombro
y la mía,
en tu voz, desvanecerme…
Tu verbo convierte mi carne
en bocado esencial
y te broto por los poros,
como un brillo irreverente;
una tormenta estelar…
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