A través del viento
te derramas;
tu verbo es una ecuación infinita
que resuelve mi constante…
Abundo en los parajes flotantes
que arrastran el agua de tus ojos
y me inunda el impulso
de contenerle
en silencio…
Fluorescencias crepusculares
arremolinan mi alma
y pintan las nubes magenta,
mostrándome el trozo de universo
que te fotografía…
Tanta dulzura quemando mi garganta,
como un veneno;
orgánica narcosis, emergiendo
entre rubores y sonrisas;
fuego vegetal,
que empuja, con vehemencia, mi saliva,
hacia un arroyo de luz y cristal
en busca de su desembocadura,
el brillo atronador de tu perspectiva…
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